Cuenca, 1980. Estudió Comunicación, Literatura e Historia y Geografía. Ha publicado Un lapso de impiedad (1999), Neos (2000) y, colectivamente, Aunque bailemos con la más fea (2002), Nadie nos quita lo bailado (2005), Subcielo(2004) y Trozos de vidrio (2007). Su obra ha aparecido en antologías y publicaciones del Ecuador y el extranjero. Es editora de la revista bg magazine.
-o-
ESTUDIOS SOBRE LA VIOLENCIA
ven
presencia
el homenaje
voy a quemar
dos decenas
de gatos
claros-vivos
sé que sus alaridos
conseguirán
el premio
tu sonrisa
mucha fiesta
muchedumbre
pero igual
encontrarás
erecto
fácil
mis ojos
prendidos
a ti
sus hogueras
dobles y triples
la ciudad es luz
que no conozco
y conoces
me entrego
y froto
toda
en ceniza felina feliz
maullo mascullo lamo
incineradas
(de paso)
las noches
de otros siglos
en que gemía
sin saber tu nombre
en que gemía
sin saber
gemir
quizá la depre
profunda
mal justificada
se disuelva un
poco
el
shampoo de manzanilla
desinflame (mi cerebro)
o al menos
perfume
estas pútridas
ideas
me restregaré
los besos que no
me diste
hasta borrarlos
las
lágrimas
sabrán de
impotencia
frente al agua
tibia
quizá los
despojos
vuelvan a ser
cuerpo
amaneció
estoy sucia de
insomnio
decepción
gelatinosa
bajo las uñas
negro
tierra mugre
tristeza
esta no soy yo
estoy cubierta
bacterias
ratas
fracaso
vos
muy claro
usas el bisturí
con esmero
no te mancha
ni una gota
de sangre
ni una súplica
y duermes
profundamente
tranquilo
intocable
mientras
mi alma
frágil
fuera
de tu casa
es una alfombra
de perro
mojada
por el orín
de los borrachos
DEPREDUO
causas un
apagón
una helada
una idea de
baldosa
y arrastre
con el cuerpo muerto
estoy que
caigo
y tu mano
aparece
demasiado
amputada
para
sostenerme
no sé si es
dolor
sabe a
rabia
igual
el grito
que exige
como si
pudiese exigirte
se ahoga
la noche
tiene una pureza que asusta
noventa y
nueve por ciento sombras
temperatura
interna menos once grados
que queman
nitrógenos
tan secos
entumecidos
mis labios
inferiores
todo es un
sólido silencio
puedo
sentir el corazón
me suena
apenas
desesperante
como un
papel que se rasga
a pedacitos
LEVANTE
Me saqué las vendas,
me olvidé de las pomadas.
Desnudé mi cuerpo,
exhibí mis llagas.
Miré al mundo,
con toda la furia
de quién no es víctima.
Insolente,
sí , golpeada,
sí, herida,
pero insolente.
“El suelo no está hecho para mi”
¿Qué más puedo decirte?
Con ojos rojos
cambié de piel,
dejé las lágrimas.
Sonreí en lo asqueroso de la metamorfosis.
A mí no me iba
a vencer
un trivial Apocalipsis.
Alcé la frente,
escupí hasta el
último te amo.
Yo que me había arrodillado en vidrios
descubrí que a todos nos pasa…
Me paré,
me puse la minifalda más corta
y salí.