Ecuador, Quito. 1985. Ha
realizado estudios en Literatura y Comunicación Social. Participó en los
talleres literarios de la Casa de la Cultura, dirigidos por el poeta Diego
Velasco Andrade, en el periodo 2008-2010. En poesía ha publicado: Casa de
Soledad (Drugos de la naranja, 2009); el plaquette Llanto al Padre
(Muercielagario cartonera, 2010); dos de sus cuentos integran la Antología: Los
Engendros de la Luna (Taller Cultural Retorno, 2010). Director y fundador de la
revista Ojos de Perro Azul.
-o-
PROGENIE
(fragmentos)
La
luna somete a los cadáveres a la sombra, la acecha en silencio, se atusan
abrazados en el desorden al que se entregaron. El verbo murió en la carne. El
verbo se desiso en la palabra. La muerte en sus ojos se encuentra abandonada,
así como el mar, alejado del mundo, de la sal, de lo efímero que significa
respirar, alejados del amor, de ese dios funesto, de la historia. Pues no
conocen amor más cercano que el silencio.
¿Dónde
reposan su fe?
¿En el desierto, en el
seno fecundo de la tierra?
*
Detrás
de sus pelos sucios, por sobre encima de la espalda, sus palabras se desvisten
¡HAY POESÍA MÁS HERMOSA QUE LA DE UN MUERTO! El camaleón tartamudea, ha perdido
su color, el temor se ha apoderado, ha venido tal un jinete borracho, ha
llegado agonizando, sangrando, destruyendo el lamento, sus huesos han
predispuesto su tristeza.
Una
mordaza atranca sus voces, un rastrillo de luz se esparce por sus cuerpos.
¿estamos abandonados?
¡rescátanos
por favor!
¡son veinticinco años!
¿somos historia de amor?
¿saben
amar los cadáveres moribundos?
*
Creo
es cierto que el verso desmenuza el canto de la mañana, que la voz es un
desierto donde integra cuerpos sin cabeza, donde el beso no es más que un
pájaro hambriento; ahí la voz es una noche de luna llena, un escombro de
rodilla desnuda.
Ahí
donde la voz hiere la memoria aparecen estos cuerpos magullados, lacrados… los
rayos del sol frenéticos abandonan su estirpe para vengar sus descansos
transitorios, ahí es donde el verso toma cuerpo, ahí es donde, celosa, aguarda
el vacío de la palabra…
ahí
ahí
ahí.
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